Nos vemos pronto, ¿entonces?

¿Sabes lo que duele el soñar contigo cada noche, y saber que hace falta esperar para tenerte aquí conmigo? ¿Sabes lo que he luchado por tenerte hoy a mi lado, como para que lo arruine todo un maldito enemigo llamado “TIEMPO”? ¿Sabes lo que se siente tener que irme y escuchar las palabras más dolorosas salir de tu boca? “¿Cuánto tiempo más va a pasar para vernos otra vez?”, dijiste. Y comprendí, que no ibas a ser vos el que se mate buscándome. Comprendí, que sentías lo mismo que yo.

¿Sabes lo que es tener que separarme de vos una noche, sabiendo que quizás, pasen días, semanas, hasta quizá meses, sin vernos? ¿Sabes lo que duele? Creo que si, lo sabes bien. Solamente, perdón, por no poder verte todos los días. Por no decirte un “buen día” en tu despertar al amanecer, por no poder brindarte un beso cada tarde, por no poder mencionarte cada noche, aquellas palabras que llenan de esperanza a la gente: “Nos vemos pronto”. Perdón. Sinceramente, me encantaría verte todos los días. Me encantaría acompañarte a cada lado donde tengas que ir, amándote a cada paso, que sientas mi apoyo en cada decisión. Me encantaría. Lastimosamente, eso no puede ser así. Pero, ¿sabes lo que duele aceptar eso? Lloré mil veces por este motivo. Pero esta vez no va a ser así. Siento que todo va a cambiar. “Si esperas que el mundo cambie, empieza por ti.” Y... es lo que voy a hacer. No dudes nunca, que tendrás mi apoyo. Y si quieres, puedes llamarme, sabes mi número. Si necesitas mi ayuda, allí estaré. Sólo llámame, avísame,  que prometo... que nunca te fallaré.